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Volviendo a casa

Esta mañana cientos de fieles acompañaron los restos de Gérald Veilleux a su nuevo recinto en el Cementerio General. Sin embargo, incontables testimonios de quienes lo conocieron -y sin duda aprendieron de él- dejan en claro que la talla del sacerdote católico es irrepetible y animan a seguir el camino hacia una segura inmortalidad. Rol en el caso de Indalesio Pomatanta Albarrán, adolescente muerto quemado a manos de la Marina el 02 de abril de 1995, es muestra de ello.


Escribe: Angie Arévalo

Féretro de Veilleux llegó a las 10:00 a. m. al Cementerio General de Pucallpa. | Foto: Hugo Alejos


El último viernes a las 4:30 a. m., el párroco Gérald Veilleux (Quebec 1945), emprendió rumbo hacia el cielo del que predicó por cerca de 50 años en la capital de la región amazónica de Ucayali: Pucallpa. El “padre Gérald”, como fue conocido en nuestra ciudad, sin embargo, no solo dedicó su vida en la colorada a la acción pastoral. Querido y admirado por muchas personas, además, es considerado guía espiritual de muchas generaciones. Cuentan sus feligreses que el padre Gérald dejaba hasta de comer para ayudar a los hambrientos y extendió siempre su mano al necesitado. A pesar de las 18 operaciones que ha vivido durante sus 77 años, no se desmayaba en su trabajo, era verdaderamente un roble que no se doblegaba ante ninguna dificultad.


“Era un gran misionero, con un corazón grande como el universo”, sostiene Jonathan Basagoitia Cárdenas, quien es ahijado y conoció al religioso hace más de 40 años, mucho antes de convertirse en abogado y más tarde en juez superior de la Corte Superior de Justicia de Ucayali (CSJU), desde donde ha apoyado la búsqueda de justicia en sinnúmero de casos a favor de los más vulnerables. “Al padre Gérald, lo conocí a finales de los años setenta en la iglesia Señor de los Milagros, en Pucallpa, cuando yo, como otros niños, hacíamos nuestra 'cola' en la olla común para recibir nuestros alimentos, en la huelga de los maestros del Sutep, en plena dictadura militar. Él estaba ahí, con menos de treinta años, parecía un actor de cine, con cabellera rubia ensortijada y ojos brillantes como la luz perpetua”, describe el magistrado al sacerdote canadiense.

Misa de cuerpo presente en la catedral de Pucallpa contó con la presencia de todos los sacerdotes. | Foto: Hugo Alejos


“Fue una persona que defendió los derechos humanos y a los más vulnerables de nuestra región, construyó colegios y comedores para que los niños no se queden sin estudiar y no vayan a la escuela sin comer. Construyó casas de refugio para mujeres víctimas de violencia, pero, sobre todo, predicó siempre decencia y valor. Recibió amenazas de los enemigos de la vida en las épocas de violencia en nuestra región”, apunta Basagoitia, quien asistió a la mayor parte de los eventos con motivo de las exequias del pastor católico. “A él le escuché de niño en la catequesis, que ‘no se puede ser tolerante a la violencia, la injusticia y el engaño. Los matrimonios no pueden ser eternos si de por medio hay violencia o infidelidad”, refirió.


El párroco también fue responsable de la oficina de la Coordinadora de Derechos Humanos a través del Vicariato Apostólico de Pucallpa, compleja labor en la que puso a prueba su fortaleza y defensa férrea de sus ideales. En la era del terror, Veilleux no solo se enfrentó al enemigo natural, los grupos terroristas, sino a malos agentes que transgredieron el límite hacia la violencia desmedida irracional y la violación de derechos humanos. “En él, muchas personas sin voz, se vieron representadas, (…). Nuestra región siempre lo recordará por su presencia en los pucallpazos por la creación del departamento de Ucayali, y por ser un ser incansable, que hizo de la homilía una forma de protesta y reinvindicación de los más pobres”, finalizó Basagoita.

Iglesia llena de fieles quienes a pesar de ser día de semana poblaron la catedral para dar el último adiós a su pastor. | Foto: Hugo Alejos


Al respecto, es bueno recordar el caso de Indalesio Pomatanta Albarrán (17), quien luego de ser acusado de poseer Armas para usarlas a favor de fuerzas terroristas, fue quemado vivo por efectivos de la Marina de Guerra en el caserío Nuevo Ucayali el 02 de abril de 1995. “Luego de ser interrogado y al no obtener información alguna, los efectivos de la marina rociaron su cuerpo con gasolina y le prendieron fuego. Indalecio falleció unos días más tarde, después de una larga agonía y luego de

haber dado su testimonio ante familiares y a representantes de la prensa local”, señala un informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que entrevistó a los padres del joven luego que buscaran ayuda en la coordinadora de Derechos Humanos y recibieran respaldo del Gérald Veilleux, expresado también en el del Vicariato Apostólico. Esto también quedó registrado en informes que dan cuenta del respaldo de este caso de violación de derechos humanos.

Vida y obras de Veilleux serán recordadas en Pucallpa. | LVU


La Voz Ucayalina (LVU), también conversó con el obispo de Pucallpa, Martin Quijano, quien con mucha estima y admiración por la gran labor del padre Gérald, detalló vivencias y lecciones aprendidas. “El padre Gerald deja Canadá y viene hasta esta zona del Perú, dejando prácticamente todo, y creo que eso es un bonito testimonio que él nos da -el aprender a desprendernos- no solo nos dejó de legado las obras que realizó sino también el de soltar para así ponernos al servicio de los demás. La actitud positiva, el entusiasmo que ponía en cada cosa, era algo admirable, ni la enfermedad lo detenía”, sostuvo la máxima autoridad de la iglesia en la región.

El sacerdote fue férreo luchador por los derechos humanos y actor clave en gestas como los Pucallpazos y fundación del distrito de Manantay. | Foto: Hugo Alejos


“La vida del padre Gérald más que ponernos tristes, tiene que llenarnos de orgullo, haber vivido y conocido a un hombre de este calibre, eso tiene que animarnos, porque podemos decir que, ‘conocimos a un hombre optimista quien daba todo por los demás’. Si un solo hombre pudo hacer todas esas obras que ahora agradecemos y admiramos, todos unidos podemos hacer muchas obras. Ucayali debe llevarse esa lección, y agradecer por la vida de Gérald en esta tierra”, concluyó el obispo de Pucallpa.


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