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Expediente Saweto: a ocho años de la muerte de Edwin Chota

El sonado caso del asesinato de cuatro líderes asháninkas está por iniciar su fase oral. Por primera vez, dos empresarios madereros y tres trabajadores serán puestos en el banquillo, acusados de matar a Edwin Chota Valera y compañía el 1 de septiembre del 2014.


Escribe: Hugo Enrique Alejos

Tras ocho años del crimen, pericias forenses y testimonios hablan para hallar justicia. | LVU


La etapa del juicio oral del Caso Saweto, que se inició con la cruel muerte de Edwin Chota Valera (54), Leoncio Quintísima Meléndez (52), Jorge Ríos Pérez (48) y Francisco Pinedo Ramírez (54), está próxima a empezar y depende del Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria, a cargo de la jueza Irene Hidalgo Armas, poner fecha para la seguidilla de audiencias en que cerca de 43 testigos, entre familiares y trabajadores de la zona narrarán lo que para septiembre del 2014 era ya un secreto a voces: los líderes, amenazados con antelación, pruebas y documentos publicados por el portal OjoPúblico así lo demuestran, habrían sido ultimados por orden de los empresarios madereros Hugo Soria Flores (48), y José Estrada Huayta (57), representante legal de Eco Forestal Ucayali SAC, empresa que hoy funciona en la sede del Grupo Vargas.


A Hugo Soria Flores, a raíz de una denuncia hecha por Chota y compañía, le inmovilizaron 800 trozas de madera en el aserradero Forza Nuova, de Pucallpa. Por ello, el empresario habría perdido más de 400 mil soles. Múltiples testimonios aseguran que Soria Flores indicó “si mi madera no sale yo mato”. Y, según documento fiscal en poder de La Voz Ucayalina, “la persona de Hugo Soria Flores ordenó a Segundo Euclides Atachi Félix perpetrar el asesinato de Edwin Chota Valera, ya que este consiguió inmovilizar sus trozas maderables. Entonces, Segundo Euclides Atachi Félix, junto a otro grupo de personas, fue inmediatamente a la casa de “Capelón”, para que les enseñe la trocha por donde se cruza a Apiwtxa (lugar al que se dirigían las víctimas), con la finalidad de darles alcance y poder privarlos de su vida”.


Mientras, a José Carlos Estrada Huayta, se le atribuye la responsabilidad “de los hechos narrados, se tiene que el imputado se reunió con los trabajadores de su empresa (la mayoría de nacionalidad brasileña), a quienes indicó que quería la cabeza de Edwin Chota Valera y sus compañeros. En este punto debemos referir que la organización criminal tenía como principal actividad el tráfico ilícito de madera y/o la tala ilegal, llegando a cometerse múltiples homicidios en agravio de todo aquel que interfiriese con sus planes delictivos”.



“Yo pago lo que sea a quien puta me lo trae acá, quiero su cabeza(…)», sostuvo Estrada ante sus trabajadores.


La Voz Ucayalina conversó con el fiscal Dennis Vega Sotelo, titular del despacho Contra el Crimen Organizado de Ucayali y responsable de llevar este caso. Sobre la posibilidad de que el caso pueda ser sobreseído, como se sugirió en medios locales de Ucayali, el letrado indica que esto ya no es posible por la etapa en que se encuentra. “El juez de investigación preparatoria declaró infundados los pedidos que hicieron, tanto de excepciones como sobreseimiento”, sostuvo en comunicación con este medio. Además, añadió que estas versiones buscarían generar incertidumbre en un caso que requiere firmeza frente a la opinión pública. “Siempre habrá personas que no están ligadas al tema jurídico, y que por desconocimiento emiten opinión y provocan que la población caiga en esa zozobra”, advierte.


Resultados de análisis forenses a los restos. | LVU


El fiscal también apuntó en el sentido de la ausencia de la plena identificación de los cuerpos, ya que de los cuatro, solo se identificó a Edwin Chota por las pericias forenses y a Leoncio Quintísima por la ropa que usaba ese día y reconocida por sus familiares. El tercer cuerpo, del que solo se halló el talón, correspondería a Francisco Pinedo Ramirez, mientras que a Jorge Ríos no se le encontró. Chota habría sido ultimado con cuatro disparos de escopeta, Quintísima con al menos doce. Ambos están enterrados en el Cementerio General de Pucallpa. No obstante las dificultades, “es contrario a lo que se tiene en la carpeta, existen pericias sobre los cadáveres, porque déjame decirte que cuando llegan los peritos los cadáveres se encontraron en estado putrefacto y comidos, habían también arrancado partes del cuerpo”, narra.


Finalmente, la acusación y pedido de 35 años por el homicidio de los líderes de Saweto muertos en Varadero de Cañaña, camino a Apiwtxa, Brasil, alcanza a los hermanos madereros Josimar Atachi Felix (48) y Segundo Euclides Atachi Felix (58), operarios de Estrada y Soria, según diversos testimonios que obran en acta fiscal. Asimismo, el también maderero Eurico Mapes Gomez, de ascendencia garota, a quien señalan que por perder más de 200 mil soles también participó del cruel crimen.


“El día 01 de setiembre del 2014, en el lugar denominado Varadero de Cañaña (…), perseguido a los agraviados Edwin Chota Valera, Leoncio Quintisima Meléndez, Jorge Ríos Pérez y Francisco Pinedo Ramírez, desde la comunidad nativa de Putaya, para luego de alcanzarlos y torturarlos; les dieron cruel muerte con armas blancas (cuchillos) cortándoles e introduciéndoles en el estómago, y con armas de fuego (escopetas) disparándoles en el estómago y; posteriormente descuartizar sus cuerpos y arrojarlos en la espesura de la selva para que las aves carroñeras puedan desaparecer los cuerpos. Esto, por órdenes de Hugo Soria Flores y José Carlos Estrada Huayta”, reza un testimonio.


Cuaderno de acusación del Ministerio Público. | LVU


Hace dos días, se presentó el informe anual de Situación de los Defensores Indígenas en Ucayali, en el que se revela que la zona de Alto Tamaya Saweto “tiene reportes de actividades ilegales desde hace varios años y, según fuentes locales, tiene presencia de ciudadanos brasileños desde hace al menos siete años. Se ha mencionado incluso la presencia del Comando Vermelho manteniendo actividad en dichas cuencas”.

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