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Nora Benavides: “En la Capitanía de Pucallpa estamos en constante probabilidad de perder la vida”

El 2020, marcado por la pandemia de la COVID-19, trajo desgracia y muerte a nuestro país y castigó severamente a la región Ucayali. Una de las instituciones que enfrentó los embates del virus de Wuhan fue la Marina de Guerra del Perú (MGP), que desde el primer día inmovilizó barcos y detuvo toda actividad comercial por orden del Ejecutivo. En diálogo con La Voz Ucayalina, la oficial de la MGP, que tenía apenas cuatro meses en el cargo de capitán del Puerto de Pucallpa, sorteó todas las dificultades que significaba asumir el cargo. A tres meses del fin de su gestión, busca marcar la diferencia pero esta vez desde el Vraem.


Redacción LVU

Capitan de fragata Nora Benavides, mujer a cargo de la capitanía de Pucallpa. | Foto: Santiago Romaní


Desde que la oficial Nora Benavides Luna asumió la Capitanía del Puerto de Pucallpa hace más de 22 meses, no ha dejado de combatir contra viento y marea el tráfico de drogas, la tala ilegal y la trata de personas en nombre de la Marina de Guerra del Perú (MGP).


En el marco del Bicentenario de la Marina, y a 142 años del sacrificio heroico del almirante Miguel Grau Seminario, la capitán de fragata habla fuerte en torno a su misión en la región y no oculta su deseo de navegar lejos en las caudalosas aguas del mundo profesional.


Entrevistada por La Voz Ucayalina, Benavides Luna recordó los retos que implicaba asumir el mando en tiempos de pandemia. “El paciente cero de coronavirus en Ucayali fue un tripulante de mi capitanía que se encargaba de los motores de la lancha. Él fue el más grave de la tripulación”, dijo.


“El almirante Marcos Chacón fue muy responsable al enviar a Lima a los contagiados más graves, supo manejar los casos con éxito y en toda la Cuarta Zona Naval no ha muerto un solo marino por COVID-19”, agregó la oficial de la Marina de Guerra del Perú.


Benavides Luna lleva 24 años en la institución desde que decidió dejar su carrera como economista en la Universidad de Lima. Desde entonces, la vida militar le ha dado más de una satisfacción: fue nombrada como la primera mujer en la historia de la Marina en recibir la Espada de Mando.


Formó parte del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas en el 2014, en ese entonces encabezado por el vicealmirante Jorge Moscoso. Tiene una maestría en Ciencias Marítimas en Suecia por la Universidad Marítima Mundial y otra en Derechos Humanos en España.

Benavides durante intervención de rescate a herido por piratas de río. | Foto: Santiago Romaní


La capitán de fragata fue condecorada a inicios de este año con la Orden al Mérito de la Mujer, reconocimiento del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables “por su labor en contra de la COVID-19, la minería ilegal, tala ilegal y el narcotráfico”.


“Estar en la Marina tiene que ser por vocación. Es como ser monja. No dejaría la Marina ni por el triple de mi sueldo”, sostiene la oficial de fragata. Sin embargo, reconoce los riesgos que su profesión implica, más aún en tiempos de pandemia.


“No hemos dejado de luchar contra el narcotráfico, la minería ilegal, la tala informal, la trata de personas y los piratas de río, todo en el marco de la emergencia sanitaria. Es parte del trabajo y afortunadamente nosotros no tuvimos pérdidas”, agrega.


La oficial de la Marina reconoce que al ser mujer llegó a pensar que el machismo sería un problema mayor en su carrera; sin embargo, dice que nunca le han faltado el respeto y, por el contrario, en situaciones eminentemente masculinas, como las relacionadas a la vida fluvial, siempre ha salido airosa.


“Llevo 1 año y 10 meses y hemos logrado mejorar la calidad ambiental. Logré mejorar la asociación que ellos tienen y mi próximo proyecto es acomodar el Reloj Público para tener un lugar de embarque y desembarque”, prometió la capitán de fragata.

“He visitado varios lugares del Perú y esta es la única provincia que veo que no tiene un puerto (formal). Esperamos que la Municipalidad de Coronel Portillo ayude”, exige la oficial, cuya jurisdicción abarca parte del Cusco, Ayacucho, Puerto Inca, Contamana y Atalaya, que son zonas de emergencia por la presencia de remanentes terroristas y narcotraficantes.

Nora estuvo al mando de todas las intervenciones, personalmente. La COVID-19 no le fue esquiva. | Foto: Hugo Alejos


“Cuando fallecieron los dos soldados del Ejército en abril del 2021 tuve que salir de madrugada porque encontraron el cuerpo de uno de ellos en Tiruntán. Evidentemente la navegación nocturna es muy difícil ya que debemos combatir la palizada y debemos estar en constante atención y tener cuidado con nuestras vidas”. señaló.


Y recordó que “la navegación hasta allá suele ser de cuatro horas pero esa vez la hicimos en dos. La gente nos recibió amablemente, velamos al chico allá y trajimos su cuerpo en un helicóptero de la Policía. También está el tema del tráfico de drogas, aún con miedo de que ellos tengan armamento debemos enfrentarlos. En esta Capitanía estamos en constante probabilidad de perder la vida”.


Asimismo, Benavides Luna finaliza reafirmando su deseo de crecer al interior de su institución. Asegura que la Marina de Guerra del Perú ya está lista para el liderazgo de una mujer. Y sobre su deseo de cumplir su labor en el Vraem, afirma que dejará huella por esa convulsionada zona.

Capitan Benavides al lado de la primera Dama, en su visita a Yarinacocha el pasado 6 de octubre. | Foto: Archivo personal

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