El ultimo domingo, Henrry González pasó la noche en la comisaría de San Fernando por agredir a su esposa Nora Yjuma, quien se defendió con uñas y dientes. La guerra estalló en julio del año pasado por la titularidad de un terreno y un proceso de divorcio inconcluso.
Escribe: Diana Tang
El jefe de operaciones de Ransa envuelto en líos policiales. | LVU
El jefe de operaciones de la empresa Ransa Selva S.A.C., Henrry González Sinti, volvió a ser detenido por la Policía la noche de ayer por agredir a su esposa Nora Yjuma Marapara en el cementerio general de Pucallpa, ubicado en el kilómetro 5 de la carretera Federico Basadre.
Nora Yjuma, acompañada de su hermano Miguel Yjuma y su sobrino Omer Jara, fue a visitar el domingo último por la mañana la tumba de su madre para dejarle flores y elevar plegarias. De pronto, aparecieron Henrry González y su actual amante, Yndira Reátegui Armas, excandidata a regidora en Coronel Portillo por Todos Somos Ucayali.
Henrry, Indira, Nora y su hija tuvieron primer encuentro en TopiTop. | LVU
La Voz Ucayalina (LVU), pudo conocer que Nora Yjuma se le acercó para reclamarle el haber incumplido un acuerdo que consistía en traspasar la titularidad de un terreno a nombre de ambos a favor de sus hijos. Y que no lo hizo solo para quedar bien con su nueva conviviente. La discusión terminó con la cobarde reacción del jefe de Ransa.
El despelote continuó minutos más tarde, pero esta vez en la comisaría de San Fernando, en Manantay, donde la mujer denunció por agresión a Henrry González.
Antes un matrimonio feliz, hoy enemigos públicos por un terreno | LVU
Este medio digital tuvo acceso a una serie de denuncias formuladas entre Nora e Indira desde julio del año pasado. La primera agresión física y verbal ocurrió en una tienda de ropa. Y el último domingo se registraron dos denuncias interpuestas contra la esposa de Henrry González porque esta también habría atacado a su esposo.
El examen médico arrojó que ambas partes se agredieron. La ama de casa terminó con golpes y arañazos en el brazo y también a la altura del pecho, mientras que al directivo de Ransa se le detectaron marcas de golpes en el rostro.