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El hechizo inacabable: la guitarra de Noé el “Brujo” Fachin

LVU lo invita a un viaje por las raíces de la música Amazónica, de la mano del “Brujo” Fachín, indiscutible leyenda de la guitarra psicodélica y personaje poco valorado en tiempos de Malumas y Bichotas. Se recomienda fondo musical.

Noé Fachin, el “Brujo” de la guitarra amazónica. | Foto: Archivo Juvencio Pinchi


Para hablar con propiedad de la Amazonía, entre tantas cosas, es fundamental hablar de su música, y hablar de ella es hablar indudablemente de Juaneco y Su Combo, grupo musical nacido en Pucallpa en 1960 bajo el mando de Juan Wong Paredes, quien le puso como primer nombre Juaneco y su Conjunto.


Años más tarde, en 1966, Juan Wong Popolizio, vástago del fundador, rediseña la idea original y crea la agrupación con el inmortal nombre de Juaneco y Su Combo.


En 1968 en pleno boom petrolero, como primera acción, Wong Popolizio propuso el fichaje de un modesto ebanista y eventual músico de valses criollos, que hoy trasciende con el místico apelativo de “El Brujo”, Noé Fachin, quien sería la legendaria primera guitarra del grupo.  

Texto del interior del disco “recordando al ‘Brujo’ fachin”, de Infopesa. | Foto: Cortesía Pucallpa Antigua


Noé Fachin, fue sin duda, uno de los responsables del éxito que tuvo Juaneco, tal como lo manifiesta James Matos Tuesta, ex asesor del Ministerio de Cultura y amante de la Amazonía bajo el alias del “Bufeo pucallpino”.


“En escasos 7 años que integró el conjunto Juaneco y Su Combo, (Noé Fachin) compuso más de 40 temas musicales que conforman el repertorio principal del grupo pucallpino, y la mayoría de ellos con hermosas melodías agradables al oído, tanto las instrumentales como las que contienen letras”, afirma Matos.


En efecto, Noé Fachin fue el principal compositor de la agrupación y quien influyó en el estilo musical que hoy ha quedado grabado en el tímpano de la cultura amazónica.


Fachin, se sabe, fue un fiel oyente de jazz y admirador de pares suyos de otras latitudes, californianos, según un misterioso diario cuya autoría presuntamente recae en el músico que exploró en nuevos sonidos y logró una especie de funk amazónico salpicado de psicodelia, para segura envidia de Woodstock 1969.


Noé, un grande de la talla de Ricky Wilson, Blackmore, Santana, Robby Krieger y, ¿por qué no? Page; es a la Amazonía como Avilés lo es a la costa y García Zárate a nuestros andes.

Fachin era un músico de vals, luego se volvería leyenda de la guitarra y fundamental elemento de los míticos Juaneco y su Combo. | Foto: Cortesía Pucallpa Antigua


Antes de Juaneco y su Combo, el Brujo se dedicaba a darle forma a la madera, sin dejar de lado, por supuesto, la pasión tan grande que sentía por la música, la misma que lo llevó a cantar en peñas criollas por muchos años.


No fue hasta el año 1969 que bajo el sello discográfico Imsa Records, Juaneco y Su Combo graban su primer long play con nombre homónimo al de la agrupación, en vinilo de 7  pulgadas a 45 rpm.


Ese mismo año, la región amazónica cayó en el hechizo melódico del Brujo, que nos regaló una leyenda oral narrada por los instrumentos como lo es “Caballito Nocturno”, composición que hace referencia a la caída “Runamula”.



Desde ese entonces, Noé Fachin, marcaría el estilo musical de la agrupación e integraría una nueva forma de hacer música amazónica, un estilo que influyó a más de un conjunto musical de la época, como Los Mirlos, Los Wemblers, entre otros.


“Las influencias de esta primera generación fueron música de Colombia y Brasil y las músicas psicodélicas de Norteamérica”, afirma Juan Pezo Wong, heredero de un legado que ya abarca cuatro generaciones. Ciertamente, durante los años sesenta y setenta se vivió una explosión musical que fue posible gracias al encuentro de los sonidos ancestrales con el rock.


Esto lo supo manejar muy bien el Brujo, quien con una vieja guitarra eléctrica(al principio, pues luego se le ve posando y luciendo una Gibson LP Custom) y artimañas musicales, supo incorporar la música tropical y la cultura oral de la región amazónica, que se transmitía de generación en generación, es decir, las costumbres, los relatos, los mitos, las leyendas de la Amazonía peruana, se incorporaron en el catálogo musical de la cumbia amazónica.


Esto último se manifiesta de manera muy marcada en “Vacilando Con Ayahuasca”, composición erótica grabada en 1972 bajo la póliza de Infopesa (Industria Fonográfica Peruana S.A) que plasma a través de los instrumentos en donde predomina la guitarra de Fachin, el recorrido de este santo ritual hasta llegar al delirio.


Era tal el efecto embriagante de la melodía que, según Wilindoro Cacique, siempre la tocaban a la medianoche, hora exacta en las que las féminas se rendían a tal punto de desprenderse de sus prendas y lanzarlas como dádivas en medio del delirio de la noche, comúnmente plena de alcohol y demás brebajes inspiradores.

Juvencio Pinchi, Wong Popolizio y Noé Fachin recibiendo reconocimiento por A la fiesta de San Juan de Infopesa. | Foto: Archivo Juvencio Pinchi



"Vivía en medio de la Amazonía y escribió canciones realmente extrañas. No sé de dónde sacó todo ese material: hacía cosas muy modernas y es muy difícil rastrear sus influencias", declaró alguna vez Olivier Conan, fundador de la agrupación norteamericana Chicha Libre para Rolling Stone. Se rumoreaba en ese entonces que se inspiraba gracias al uso de la ayahuasca, conocida planta alucinógena en la Amazonía.


Sin duda, era un genio de la guitarra, con un sonido que cuando tocaba, uno sabía que era él. Su guitarra eléctrica arrojaba sonidos inéditos, además, de hacerla sonar acústica. Con él y otros como él, empezó nuestra cumbia psicodélica extraída del rock y el blues que impactaron al Perú de todos los colores.


Noé Fachin, no solo se quedó grabado en la música amazónica, sino en toda una idiosincrasia como espectro, brujo al fin, inmortalizado.


Tal es el impacto de su influencia cultural, que Welmer Cárdenas en su libro “El Llanto del Ayaymama” mezcla de manera exquisita la visión del Brujo con la tradición oral mística de la Amazonía.


Desde la creación de la agrupación, año tras año, Noé nos regalaba historias instrumentales, su guitarra nos transportaba a taumatúrgicos lugares, en donde lo ancestral se conectaba con el alma.

Juaneco y su Combo, agrupación que definió la psicodelia musical amazónica. | Foto: Archivo Juvencio Pinchi


No fue sino hasta el 2 de mayo de 1977, que el trance astral del Brujo y cuatro caciques, concluyó en un trágico accidente aéreo cuando regresaban de una de sus tantas presentaciones. Hecho que oscureció a toda una región y cercenó a toda una familia musical cuyo dolor se disfrazaba bajo “El Llanto del Ayaymama”.



Sin duda, la partida de Noé Fachin, marcó la decadencia de esta tan maravillosa agrupación. Fachin no solo quedará como referente de la música amazónica, sino como parte indispensable de nuestra cultura, la misma que hoy parece no valorarse con el tiempo.


Como bien se señala en la contraportada de “El Brujo”, álbum que honra en esencia lo que fue Noé Fachin.


“Los hombres pasan, las obras quedan" .


Y son las obras de Noe Fachín las que, imperecedero hechizo, siempre estarán vivas en el corazón de todos los peruanos y en especial de sus hermanos pucallpinos.

 


Fredy Tutusima

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